sábado, 20 de diciembre de 2014

Contraindicaciones de la leche

Los efectos de la leche de vaca en el ser humano:


Si bien es cierto que la leche de vaca contiene altos niveles de calcio, el mismo no es completamente asimilable por el ser humano.  En su lucha por procesarlo, el organismo termina depositándolo en las articulaciones (generando artritis, artrosis, reumatismo, entre otras enfermedades). 
 Por otro lado, la leche de vaca posee niveles de hierro inferiores a los requeridos por el ser humano.  El calcio y el hierro son minerales sinérgicos, lo que significa que debe existir un equilibrio entre ambos en nuestro organismo para su asimilación.  Como sus niveles son adecuados para la vaca, pero no para el humano, ambos no son asimilados correctamente.  Se cree que este desequilibrio pueda ser el origen de diversos tipos de cáncer.
 Adicionalmente, en la leche de vaca hay muchísima más caseína que en la leche humana para que los terneros desarrollen huesos mucho más grandes.  Este exceso produce en el ser humano una gran cantidad de flema (moco), como mecanismo de defensa para librarse de estas toxinas.  Este moco genera catarros, alergias, otitis, trastorno de tiroides, obesidad.
 Sus niveles de proteína son los adecuados para que el ternero crezca rápidamente, resultando excesivos para el ser humano, y generando cálculos renales y biliares.


La biotecnología, la espirulina

La investigación sobre los alimentos nos está proporcionando cada vez mas información sobre como sacar el mejor provecho a los alimentos.

En tiempos en que los suplementos nutricionales se multiplican a granel y en que las decisiones sobre cuál de ellos escoger para vivir mejor, para promover la prevención de enfermedades y estar mejor alimentado, se tornan más difíciles y confusas;  en tiempos en los que  los dilemas sobre cómo decidir qué hace parte de la gran industria y qué del mundo artesanal, parece útil aclarar desde el campo científico de la salud, cómo algunos nutrientes que se recolectan y se cultivan hoy dentro de parámetros sanos y artesanales, pueden aportar elementos positivos a nuestros balances entre nutrición y vida saludable. Es el caso de un alimento al que genéricamente se ha denominado “Espirulina”. 
 La fisiología de estas bacterias se asimila bastante a la de las algas y por eso muchas veces se han confundido y se les ha denominado como tal. En realidad, son organismos unicelulares que conforman agrupaciones y que se pueden cultivar de manera artesanal y que a partir de un proceso de biotecnología “sin laboratorio”, constituyen un cultivo que permite recolectar un hipernutriente cuyas características lo convierten en un alimento con enorme impacto sobre la salud y con gran proyección hacia el futuro, en la mira de las crisis alimentarias que aún nos esperan.
Dentro de los organismos vivos, estas cianobacterias llamadas Espirulina, son capaces de uno de los eventos más fascinantes de la naturaleza: la capacidad de convertir materia inorgánica en materia orgánica, gracias a la energía que proviene de la luz solar.  Este fenómeno, que quizás esté íntimamente ligado al origen mismo de la vida en el planeta, pone en marcha un complejo proceso en el que el dióxido de carbono gaseoso, en presencia del agua, se convierte en oxígeno y en hidratos de carbono. La clorofila (molécula que le otorga el color verde a las plantas y a conjuntos orgánicos como la Espirulina) está implicada también en este proceso en el que la conservación de la energía y la transformación de lo inorgánico en orgánico es el fenómeno esencial.